martes, 7 de febrero de 2012

MAL ALIENTO

Halitosis

Halitosis o mal aliento, es una afección de la que se da cuenta muy a menudo. Sea en forma de mal aliento ocasional que siente casi todo adulto sano al levantarse en la mañana, o sea en forma de problemas más serios o graves, desde trastornos metabólicos hasta tumores pulmonares, se dice que la halitosis afecta a casi 50 % de la población.
Existen diferentes factores que causan el mal aliento como puede ser los problemas gástricos, falta de higiene bucal, enfermedades de las encías, dieta inapropiada, estreñimiento, fumar, diabetes, indigestión, mal funcionamiento hepático, goteo postnasal o estrés.

Causas

Piezas dentarias en mal estado, sea por caries, falta de aseo o presencia de restos alimentarios entre los espacios de los dientes. Aquí es mucho más fácil encontrar espacios interdentarios amplios o separados en adultos mayores que en niños o adolescentes, lo que será más frecuente la halitosis causada por este problema en los ancianos que en personas que cursan las primeras etapas de la vida.
Las caries, en cambio pueden encontrarse casi a cualquier edad. Lo que a mayor cavidad destruida en el diente o pieza molar, mayor facilidad para padecer mal aliento.
Si después de comer la persona no tiene oportunidad de lavarse sus dientes, los restos alimentarios pronto entran en descomposición y causan mal aliento, de ahí la importancia de practicar buen aseo dental.
Otra causa local que es es una infección. Ya sea que se instale en las encías, en las amígdalas o en el adenoides, causará mal aliento. Será un cuadro pasajero, porque en cuanto se resuelva la infección, el paciente dejará de padecer  de halitosis.
Las personas que han padecido cuadros crónicos infecciosos en su garganta, tienden a desarrollar criptas en las amígdalas. Las criptas son pequeños orificios superficiales en el tejido amigdalino, fáciles de visualizar al abrir la boca y en cuyo fondo encontramos cavidades o bolsas que alojan restos de alimentos.
La acumulación de estas pequeñas porciones de comida recibe el nombre de material caseoso o cáseum. Se identifican porque  cuando el paciente logra expulsarlos los aprecia como de aspecto blando, coloración blancuzca y de un característico olor que es muy fétido y desagradable, producto de la degradación o descomposición del material orgánico que se acumuló en la bolsa o cripta.
si se pone ese material en agua, su primera reacción es salir a la superficie, ya que es más ligeros que el agua mientras está seco. Una vez impregnados de agua sí tienden a bajar en los recipientes. Lo interesante de esta observación es que si el paciente que padece de criptas en sus amígdalas tiene la disciplina de practicar gargarismos todos los días, al terminar de lavarse sus dientes después de cada comida, de seguro será difícil que se le acumulen tantos restos alimenticios en sus criptas, y por ende, mantendrá un mejor aseo de su boca y mejorará también su mal aliento. En caso contrario, el paciente se verá obligado a la extirpación de sus anginas o amígdalas para sanar de este mal.
Puede ser difícil localizar la fuente del olor bucal. Los olores de la boca y los pulmones se deben evaluar por separado. En primer lugar, se le pide al paciente que sople a través de la nariz, manteniendo los labios cerrados, con el objeto de oler el aire que viene de los pulmones sin pasar por la cavidad bucal. Posteriormente, con las narinas apretadas, el paciente cesa de respirar momentáneamente con los labios cerrados, luego los abre y exhala inmediatamente. Estas técnicas, permiten diferenciar si el origen de la halitosis es bucal, respiratorio o combinado.

Tratamiento

Tradicionalmente el jugo de tomate se ha empleado para desodorizar a las personas rociadas por zorrillos. El olor característico de este animal es causado por el etilmercaptano, un químico cercano al mercaptano de metilo. Los agentes que puedan suprimir dicho olor podrían ser buenos candidatos para suprimir el mal aliento.
Un ejemplo interesante es la mezcla de cloruro de zinc con alfa-iones, estos últimos están relacionados químicamente con los beta-ions presentes en el jugo de tomate.
Las medidas paliativas para el mal aliento incluyen productos para refrescar el aliento, pastillas de menta y de hierbabuena.
El tratamiento para la xerostomía también puede resultar efectivo para disminuir el mal aliento, debido a que el mal aliento empeora con la sequedad bucal, tal como sucede durante la noche o en caso de ayuno, es importante indicarle al paciente que tome grandes cantidades de agua. Masticar chicles también es útil para reducir la halitosis durante el día.
La goma de mascar contiene algunos componentes que pueden reducir el olor producido por alimentos como el ajo y la cebolla. Algunos compuestos con clorofilina, aparentemente, son desodorantes, sin embargo, esta cualidad parece ser selectiva.

Cómo detectar

•    Poner un pañuelo sobre la boca, soplar y luego oler el pañuelo. Si se percibe algún olor desagradable, se tiene mal aliento.
•    Ahuecar sus manos y luego exhalar largamente en el hueco de las manos.  Si se percibe un olor fétido es porque existe mal aliento.
•    Usar hilo dental el cual debe pasar suavemente entre los dientes.   Después se debe oler el hilo dental.
•    Si se padece de halitosis, hay que preguntarle a alguien más, debido a que las fibras sensitivas del nervio olfatorio, asentadas en la parte superior de la nariz, se acostumbran a los olores y muy pocas gentes pueden percibir sus propios olores, por eso es mejor preguntarle a otra persona  para estar seguro si se padece de este mal.

Recomendaciones:

Para combatir el mal aliento, se recomienda lo siguiente:
•    Al cepillar sus dientes, no descuide su lengua ésta se encuentra cubierta por proyecciones parecidas a pequeños cabellos, que bajo el microscopio parecen un bosque de hongos. Bajo esa capa hay espacio para alojar placa y restos de alimento que pueden ocasionar mal aliento, de allí la importancia de cepillar también la lengua
•    Reemplazar el cepillo cada mes y utilizar hilo dental después del cepillado.
•    Evitar alimentos y bebidas, ya que éstos dejan residuos y se pegan a la placa dental, tales como:
o    cebolla,
o    ajos,
o    pastrami,
o    peperoni,
o    salami,
o    quesos
o    tunas
o    cerveza, café,
o    whisky
o    vino,
o    Alimentos que se quedan entre los dientes fácilmente como dulces especialmente los pegajosos.
•    Visitar regularmente al dentista y practicar una buena higiene oral.
•    Si está fuera de casa llevar consigo  un cepillo dental, ya que si se cepilla inmediatamente después de los alimentos, pueden eliminarse algunos malos olores.  Si se le olvidó el cepillo, puede ir al baño y haga un buche de agua removiéndola bien dentro de su boca de esa forma puede quitar el olor a la comida.
Fuente: noticiassalud.com
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